Ni beber es tan malo, ni no hacerlo, tan bueno. Obviamente, con medida, todo tiene encuentra su equilibrio. Los científicos han, incluso, llegado al acuerdo que beber con moderación es saludable. Mucho hemos escuchado ya acerca de, por ejemplo, los grandes beneficios que aporta una copa de vino al día, pero ¿qué otras bebidas alcohólicas pueden tener ciertas ventajas para nuestro organismo si, como decimos, las tomamos con cabeza?
Hoy, en esta nueva publicación en el blog de Drink Vallès, queremos hablaros de cómo algunos aguardientes nos ayudan a cuidar de nuestra salud, tomadas en dosis reguladas.
Vino: el claro vencedor
El vino tinto es, por antonomasia, el más aplaudido y respetado en los estudios realizados. Los antioxidantes naturales que contiene son buenos para el sistema circulatorio. El resveratrol, otra sustancia presente en este particular jugo de uva, evita coágulos en la sangre y reduce el colesterol malo. E, incluso, estudios recientes han mostrado los beneficios que tiene beber vino para reducir el riesgo de cáncer de pulmón y combatir enfermedades degenerativas mentales como el Alzheimer.
Por su parte, el vino blanco, aunque beneficioso también para fortalecer y proteger el corazón, al sufrir un proceso de fermentación distinto, donde se elimina la piel de la uva -principal fuente de los muchos beneficios del vino tinto-; pierde notoriedad. No obstante, sigue siendo, junto a cualquier otro tipo de vino, un fiel compañero en la eliminación de las bacterias que propician el empeoramiento de los dientes y el dolor de garganta.
Licores: también son buenos
Whisky, ginebra, vodka, brandy… Su consumo ya suele estar “limitado” a ocasiones más especiales. No por sacar a relucir ahora algunas de sus propiedades más beneficiosas debemos cambiar esa tónica, pero sí es de buen grado saberlas, ya que por mucho que nos pueda parecer que el alcohol de esta graduación sólo daña, tiene su lado bueno.
La diferencia entre el vodka y la ginebra reside en que la segunda toma su sabor de las bayas de enebro, las cuales tienen propiedades diuréticas que pueden reducir los niveles de azúcar en sangre. Hablando de whisky, por ejemplo, estudios científicos de la Universidad de Australia, han descubierto que un chupito diario de Jack Daniels genera beneficios antioxidantes similares a la toma de la dosis de vitamina C recomendada. Resulta que, al ser madurado en barricas de roble, absorbe de éstas los componentes que protegen las células, además de contener -ciertos whiskies- ácido elágico, un polifenol antioxidante que está presente en muchos frutos rojos, con efecto anticancerígeno. De forma similar al whisky, un chupito de brandy puede proporcionar beneficios antioxidantes equivalentes. Estos provienen de la destilación en alambiques de cobre. Y nunca viene mal recordar que, como en sabor, a mayores años, mejor calidad y mayores beneficios para la salud.
Cerveza: ¡Es la caña!
Una de las bebidas nacionales y la más popular, es la cerveza. ¿Beneficios de ésta? Si nos ponemos a investigar veremos que, por ejemplo, existen diferencias entre ellas. Grosso modo podemos asegurar que la cerveza negra tiene el triple de probabilidades de prevenir coágulos en sangre y reducir el riesgo de ataque al corazón, que la rubia. Los antioxidantes flavonoides que se encuentran en ésta en mayor proporción le otorgan esa ventaja.
Pero cualquier cerveza, sin importar el tipo, es fuente de silicona que contribuye al crecimiento y desarrollo de los huesos. Estudios científicos descubrieron, además, que las cervezas con lúpulo contienen xanthohumol, un compuesto antioxidante natural, 200 veces más potente que el resveratrol del vino tinto, que puede controlar el crecimiento de tumores.