El espacio fue reconstruido para brindarle un estilo que deje claro que no solo es una atracción turística y sí un destino gastronómico único.
La carta también ha sido renovada con platillos que tratan de redescubrir la gastronomía francesa. Sopa con caviar de berenjena ahumada, coliflor en crema Dubarry con caviar, langostinos en ravioli a la trufa y pato asado con níscalos, alcaparras y manzana, son algunas de las propuestas de Anton.
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Le Jules Verne está situado a 125 metros, en el segundo piso de la torre, donde una vista imponente de la ciudad del amor deleita a los comensales. Los precios por persona van de los 105 a los 230 euros, pero a diferencia que Ducasse, Anton está físicamente en la cocina con el objetivo de mantener la identidad de su cocina.
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